22 feb 2008

Economía política planificada.

Solbes puede ser una buen estadista; pero la economía productiva y la competividad le traen sin cuidado. Pizarro cree que poniendo el dinero en el bolsillo del ciudadano él solo se encargará de hacerlo crecer por arte de magia. Piensa que todo el mundo es tan listo como él. Ambos carecen de una planificación que permita crear valor económico a largo plazo. Se olvidan que el principal agente económico es el trabajador, su preparación y su motivación.

Solbes exhibió los datos de una economía que ha crecido por encima de la media europea; pero se trata de un crecimiento basado en la construcción y la inmigración. El tejido industrial, la inversión en bienes de capital, la tecnología, todo se ha dejado de la mano de Dios y nos hemos subido a la ola del negocio fácil, por lo que el batacazo también será mayor que en el resto de la UE. Ninguno de los dos parece estar preparado para afrontarlo. Uno es contable, el otro especulador.

Precisamos un economista político con visión, alguien que crea en el ciudadano y que esté dispuesto a ayudarle y a poner los medios de producción y la tecnología a su alcance. Alguien dispuesto a pasar por encima de los intereses del capital, del partido y de los poderosos.

No pienso que las políticas socialistas supongan un freno a la economía. Fijáos cuan rápidamente los países comunistas han dado el salto al capitalismo. La explicación no es otra que durante años han estado preparando a conciencia a sus trabajadores. Contaban con una fuerza de trabajo cualificada y entrenada, que es la base de la economía. Si tan desastroso fuera el socialismo, como se empeñan en publicitar los neoliberales, les hubiera sido imposible subirse al carro del mercado global.

Es el momento de la economía política planificada.